PLATAFORMA ALIMENTARIA COMERCIAL SL.

DISTRIBUCIÓN ALIMENTARIA DESDE 1918

Uno de los productos con más historia y tradición en todas las provincias catalanas es, sin duda alguna, la Coca de «Recapte».

En todos los municipios con la agricultura como actividad principal, era frecuente usar todos los recursos naturales que aportaba la tierra y sus conreos, principalmente verduras, carnes y salazones. Este consumo se realizaba a nivel local y muchos mezclaban estos ingredientes naturales (pimientos, berenjenas, cebollas, tomates, butifarra, atún, aceitunas…) como si de un recaudo se tratara. De ahí el nombre de «recapte». Todo ello en una pasta amasada y horneada que elaboraba el hornero del municipio después de que la ama de casa aportara los productos de la huerta. Se acostumbraron a doblar los bordes para que el jugo de las verduras no se derramara fuera.

Era tradicional encontrarla en las fiestas porque era algo fácil de compartir y de comer a cualquier hora, fría o caliente, de pie y con las manos, permitiendo saciar el hambre sin dejar de bailar o de conversar con las personas y amistades.

Esta tradición ha perdurado en Cataluña y todavía hoy es fácil encontrar este tipo de producto local y elaborado en muchas pastelerías sin ningún tipo de receta fija pero manteniendo siempre la esencia de sus antecedentes.

 

 

Así pues, y siguiendo el camino de los productos con historia, en PAC nos hemos involucrado en un nuevo objetivo: acercar nuevamente esta tradición y cómo no, promocionarla por todos los rincones, con la nueva linia de cocas: Las «Saladetes», de tomate, calabacín, alcachofa y romesco, atún y pimiento rojo, y la clásica de samfaina.

Se trata de una gama de 5 cocas, todas ellas con auténtica masa de coca de «recapte», elaboradas con aceite de oliva y productos frescos y naturales, procedentes de uno de los hornos con más historia y trayectoria del municipio de l’Espluga de Francolí, en la provincia de Tarragona.

 

 

Un auténtico producto tradicional, con elementos naturales, y elaborado de forma artesanal, NO de manera industrial.

Y como bien marca la tradición, se puede consumir fría (sólo necesitaremos descongelarla durante unos 35 minutos, y ya estará lista), o también podemos disfrutar de la auténtica masa crujiente calentándola al horno durante 4 minutitos a 120º, o incluso en el microondas durante 3 minutos.

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